Pedro Nel Galíndez Velasco
Al preguntar y
pensar más allá de los resultados o previsiones del capitalismo o de los
movimientos que intentan superarlo, las comunidades humanas en general y aborígenes
en particular de todas las latitudes de la Nuestra Tierra esférica enseñaron a
la naciente Europa (una península un poco grande de un Asía desconocida), la
existencia de otros Hombres, lenguajes, sensibilidades, experiencias, músicas,
mitos, en un entorno natural extrañamente distintos. Con su ideal europeo de naturaleza
sin lo humano esencial y presencial y, nos definieron como cosa, objeto de
cambio en depreciación constante según las necesidades del capital, en barata
continua y periódica.
Depende de
nosotros si ello ocurre o no. El ser humano ha de construir su liberad
alimentando su derecho a desarrollar en plenitud su existencia y pensamiento
propio en el territorio de su cuerpo y de las culturas que anida
inexorablemente. Somos trillones de genes cuya energía bulle y resiste para
vivir en la vida misma.
Pretendo
participar, anidar y operar en el día a día, en la confianza de lo preguntado,
lo conversado, lo escuchado, lo vivido, lo pensado, lo sufrido, sabiendo que
ello justo, teje el camino de las tramas de las divergencias y convergencias
necesarias, en una conveniencia vital común que trataremos de andar, gestar y
reunir entre otros con otros.
Espero en esta
cita colectiva con alta probabilidad de ser realidad concreta, aprender a construir
ambientes y saberes empáticos mediante la conversación y el diálogo y, además,
cada uno seamos resguardo a la proliferación de ideas y acciones en diferencia
-en secreto- o sino públicas viabilizadas y visibilizadas por un sincero,
franco y optimista debate público desde otras tantas rutas que nos unan y descubran
en los potenciales de vida existentes. Así, atenderemos a las necesidades y
novedades reconocidas, aprendiendo de otra manera del dialogo plural en una
región común en la que es probable hallar disensos y también acuerdos hacia
soluciones compartidas. Es urgente andar en este camino extraño, distinto y
singular del mutuo aprecio, con justicia y afectos correspondidos.
Queremos
encuentros y hallazgos inciertos pero juntos durante esta constitución de
visiones serán caminos antes no recorridos y que, por lo inusitados, parecerán
abismos insondables o extremadamente inseguros pero que, por sus certezas
informadas, construidas y comunicadas serán nuestros tránsitos inéditos en
compañía.
Sólo podemos
reordenar memorias y acciones colectivas otorgando otro sentido vital a
nuestras mujeres, hombres, ancianos, adolescentes, niños en cada territorio, transitando
hacia lo común como verdad que nos ambienta y al participar se comparte.
Sólo viviendo la
dicha de hacerlo podremos ser justos y felices en libertad…
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